Sergio Picón descubrió que la comedia une sus dos pasiones: la risa y la noche. Des de entonces vive enganchado a los escenarios. Combina la crítica mordaz con un humor fresco y gamberro, haciendo que su espectáculo no te deje indiferente.
Su particular forma de entender el mundo es como un zumo de naranja: fresco, sano y con un punto ácido. Y mejor: a este no se le van las vitaminas.